lunes, 31 de octubre de 2011

Magnetismo:

Hace dos mil años aproximadamente, unos pastores de Magnesia (cuidad antigua de turquia) cuando conducian a sus corderos a ciertos pastos, sintieron una fuerte atracción hacia el suelo debido a la punta metalica de su baston  a los clavos de su calzado, que les dificulto seguir caminando. interezados por encontrar la causa removieron la tierra y descubrieron una roca negra, la cual atraia al hierro.
hoy esta roca recibe el nombre de piedra iman o magnetita; quimicamente es un mineral de oxido de hierro cuya formula es "Fe3o4"

mas adelante, la gente descubrio que al colgar libremente de un hilo un pedazo largo y delgado de roca negra de magnesia, esta daba varias vueltas hasta detenerse y apuntar siempre al mismo extremo hacia el polo norte geográfico y el otro hacia e polo sur; por ello la usaron como brujula con el proposito de orientarse durante largos viajes. existen bases para suponer que en año 121 a.c. los chinos usaban el iman como brujula.

William Gilbert (1540-1603) demostró que cuando un imán se rompe en varios trozos, cada uno se convierte en un nuevo imán con sus dos polos en cada extremo. Por tanto, no existen polos magnéticos separados, contrario a las cargas eléctricas que si se separan.

 
Demostró mediante sus experimentos que la tierra se comporta como un imán enorme, por tanto obliga a un extremo de la brújula a apuntar al norte geográfico. Gilbert nombro polo que busca el norte, a la punta de la brújula que señala ese punto, y polo que busca el sur, al otro extremo.
Gilbert descubrió cómo interactúan los polos de los imanes y demostró que polos iguales se rechazan y polos distintos se atraen. Realizo experimentos con trozos de hierro sin imantar y encontró que eran atraídos indistintamente por los polos norte o sur. Finalmente, se observó que la fuerza de atracción o de repulsión entre imanes es mucho mayor en los polos.
Faraday imagino que de un imán salen hilos o líneas, las cuales se esparcen, y las nombró líneas de fuerza magnética. Dichas líneas producidas por un imán, ya sea de barra o herradura, se esparcen desde el polo norte y se curvan para entrar al polo sur. La zona que rodea a un imán y la cual su influencia puede detectarse recibe el nombre de campo magnético.